El próximo 19 de septiembre se celebra el Día Mundial del Aperitivo, uno de los planes a los que pocos madrileños renuncian y que está muy interiorizado en la vida de la capital, principalmente, el fin de semana. Con este motivo hemos visitado los restaurantes con los mejores aperitivos de Madrid para que os animéis a conocerlos.
Patatas bravas, gildas, conservas, escabeches, aceitunas, embutidos, pepito de ternera, torreznos e incluso gallinejas, un plato de lo más castizo y protagonista indiscutible en cualquier barra madrileña que se terciara hace algunos años, son algunos de los aperitivos que destacan en esta selección que hemos hecho en Cosechando Madrid para que acompañéis vuestro vermut o una cerveza bien fresquita con la mejor cocina. Tampoco falta el reconocido bocata de calamares, pero más modernizado que nunca. Muy atentos porque en el hotel URBAN, el aperitivo va aderezado con la mejor música y las mejores vistas.
Mordiscos by CEBO
Cuando nos planteamos visitar un hotel de 5 estrellas con la categoría de gran lujo, como es el caso del hotel URBAN de Madrid (C/ Carrera de San Jerónimo, 34), pensamos en precios inalcanzables y en un ambiente elitista, que nos paraliza a la hora de hacer la reserva, pero nada más lejos de la realidad. Te sientes como en casa nada más entrar por la gran atención de su personal y es cierto que el precio es más alto que en otros lugares, pero también que merece la pena por la calidad de los productos que componen su platos.
El restaurante del hotel URBAN ha recuperado el aperitivo con ‘Vermut de los domingos’, que llevan a cabo en su terraza, desde la que disfrutar de los tejados de Madrid y de algunos de los edificios más emblemáticos de la capital. Esta iniciativa permite disfrutar todos los domingos, al aire libre, de un vermut y una gilda de 11 a 17 horas, mientras suena en directo la mejor música gracias a un DJ. Pero después de degustar su gilda, que destaca porque también lleva pulpo, hay que disfrutar de algunos otros platos de la carta de CEBO con la nueva propuesta gastronómica de sus chefs, Javier Sanz y Juan Sahuquillo, que lleva el nombre de ‘Mordiscos by CEBO’. Y es que todos estos platos se pueden y deben tomar de un mordisco, lo que revela que las normas de nivel no se aplican en esta maravillosa terraza.
Os recomendamos que hagáis un guiño a Madrid pidiendo su bocata de calamares, con pan bao negro, que no puede estar más rico ni ser más original. También tenéis que probar la que ellos denominan como la mejor croqueta del mundo, su ceviche cítrico de lubina salvaje y maíz crujiente y su Rock & Roll de costilla de vaca a baja temperatura, que viene dentro de un esponjoso y dulce pan de brioche. Aunque estemos de aperitivo, en algunos sitios es obligatorio degustar alguno de sus postres. No hay quien se resista a su Cacao en potencia ni a su polo de frutos rojos, un helado artesano realizado en su cocina que no os va a dejar indiferentes.
Fotos: Mordiscos by CEBO
Coquetto
El aperitivo también tiene estrella Michelin desde que los hermanos Sandoval, capitaneados por el reconocido Mario Sandoval, abrieran las puertas de Coquetto (C/ Fortuny,2), un espacio ideal y casual donde degustar los mejores platos en un ambiente más distendido, a pesar de las estrellas que ostenta su reconocido chef.
El aperitivo comienza nada más sentarse a la mesa con unas ricas aceitunas y un paté de cochinillo con los que ir abriendo boca acompañados de cualquiera de los vinos de su excelente y amplia bodega, aunque continúa con los mejores platos realizados con un gran producto, sello de la casa, entre los que destacamos sus Torreznos de cochinillo ibérico al guisopo y sus Buñuelos de bacalao con mayonesa de ají amarillo, un plato con el que hacen un guiño a este aperitivo tan castizo. Tampoco hay que perderse su tortilla de patata, que cada día es más reconocida por su sabor.
Como no nos quisimos quedar solo en el aperitivo en el hermano pequeño del gran Coque, apostamos por pedir algún plato más y no pudimos tomar mejor decisión después de probar la Dorada escabechada al Albillo Real con rúcula, tomate y chalota, que nos encandiló, no solo por su sabor, sino porque la variedad de uva Albillo Real es una de las que predominan en la Comunidad de Madrid, un guiño a la agricultura de nuestra región que no pudo gustarnos más. Otro gesto hacia Madrid es su steak tartar de toro bravo a la mostaza antigua, plato perfecto para poner el broche de oro a una comida o cena en el lugar más coqueto de la capital.
Fotos: Coquetto
Hermanos Vinagre
Cuando entras en su espacio de la calle Cardenal Cisneros, 26 no te imaginas que detrás de esa tasca que han creado imitando a las tabernas madrileñas de toda la vida se esconden aperitivos con un producto de tan alta calidad. Y es que si hay un templo del aperitivo madrileño en la actualidad, éste es, sin duda, Hermanos Vinagre, porque cualquier plato que se nos ocurra, lo tienen.
En Cosechando Madrid degustamos varios y os podamos asegurar que todos nos encantaron, empezando por su Gilda, aunque todo el protagonismo hay que dárselo a sus conservas, que ellos mismo elaboran en su fábrica de Boadilla del Monte, entre las que destacamos los mejillones en escabeche, los berberechos al natural, la anchoa sobre una tosta de mantequilla, las anchoas preparadas y aliñadas y los boquerones en vinagre. Eso sí, hay que acompañarlas por sus patatas fritas, que sirven calentitas y en su punto de sal.
A pesar de que el protagonismo se lo llevan las conservas, los platos típicos del tapeo de Madrid también figuran en la carta, y tenemos que hacer una especial mención al huevo mimosa, el típico huevo relleno, que recuperan a primera línea de barra, después de años olvidado. También han rescatado en su carta platos calientes como el pollo al ajillo, acompañado de unas ricas patatas, y los callos a la madrileña, y dos de los bocadillos más típicos de la capital, el pepito de ternera con pimiento y queso y el bocata de calamares.
Fotos: Hermanos vinagre
Doble & Gilda
Del templo del aperitivo al templo de las gildas que son, a su vez, protagonistas indiscutibles de la hora del vermut en Madrid. Se encuentra en la calle Santa Engracia, 105, y tiene una gran surtido de gildas compuestas por diferentes ingredientes. Hablamos de Doble & Gilda, un local en el que te encuentras como en casa gracias a sus propietarios, Fátima y Emilio, que derrochan pasión por lo que hacen y lo contagian al cliente. ¿Lo más difícil? Elegir una porque todas están riquísimas.
Os tenemos que reconocer que las hemos probado todas, desde las más conocidas, de aceituna (de Campo Real, por supuesto) con anchoa o con boquerones, a otras más sofisticadas, como la de aceituna, bonito y tomate seco, la de aceituna gordal, queso y tomate seco, la vegana (con ajo dulce, alcachofa, tomate seco y aceituna), o la de pulpo con aceituna, piparra y anchoa. Imposible quedarse con una, así es que os recomendamos que pidáis algunas y las otras las compréis, porque tienen servicio para llevar, y las degustéis en casa.
Pero aún hay más. Y es que en Doble & Gilda se puede disfrutar de un aperitivo muy completo gracias a los diversos platos que tienen en su carta, que destacan, sobre todo, por su originalidad y por la calidad del producto. No os podéis perder su ensalada de pularda desmigada en aceite de oliva, sus cogollos de lechuga con codorniz escabechada o sus montaditos de lacón, de gallina trufada con salmorejo, de sobrasada con o sin aguacate o de pastrami con crema de mostaza y pepinillo. Para finalizar, su postre estrella, la tarta de queso.
Fotos: Doble & Gilda
Bareto
Recuperar las tascas de toda la vida para volver a disfrutar en Madrid de las comandas con la voz en alto, del vermut de grifo o de tapas genuinas con el sello madrileño es el objetivo de Bareto (C/ Alcalá, 55), un local con varios espacios, además de su terraza con vistas a la Puerta de Alcalá y a la plaza de Cibeles, donde degustar un gran aperitivo gracias a su extensa carta.
No podamos dejar de recomendaros sus gildas, tan características del aperitivo de la capital, al igual que sus bravas o sus torreznos, aunque el toque original lo ponen las gambas al ajillo, a las que tanto hemos echado de menos en los bares de Madrid en los últimos tiempos, y los flamenquines, que aunque típicos de Córdoba, recalan en la ciudad gracias a Bareto haciendo un perfecto guiño a Andalucía. No dejéis de pedirlos porque, probablemente, sean el plato más rico del local. Con permiso, eso sí, de sus bocadillos: el Cristalino de oreja a la plancha con salsa brava, hecho con pan de cristal, y el montado de chipirones a la andaluza, que es el castizo bocadillo de calamares actualizado, otros dos gestos hacia los platos madrileños.
El local que ocupa Bareto, ubicado dentro del Paisaje de la Luz, recientemente nombrado Patrimonio Mundial de la Unesco, fue la mítica y antigua cervecería de Correos, uno de los clásicos de la capital que desde mediados de 1920 y durante casi 60 años congregó a políticos, escritores y artistas y convirtió la tertulia en el mejor afterwork posible. Aquí y en el contiguo café Lion se montaron su peña los del Veintisiete, con Alberti y Lorca al frente, y entre sus ilustres visitantes contaba, entre otros, con un joven Miguel Hernández, con Pablo Neruda y Antonio Machado. En las paredes, fotos de archivo en blanco y negro narran la historia de Madrid desde la década de los años veinte del pasado siglo, haciendo referencias sucesivas a ese negocio que ocupaba este mismo local y sumando instantáneas que retratan escenas en negocios próximos, en los que se daban cita las élites intelectuales, los círculos políticos y de creadores, escritores y artistas.
Fotos: Bareto
Salino
Gracias a este restaurante, cuyo ambiente nos embaucó desde nuestra llegada, y a su chef, Javier Aparicio, han vuelto a la actualidad de Madrid las gallinejas, uno de los platos más demandados durante años en la capital, que se vendían en restaurantes, pero también en kioskos en las calles, dada su popularidad. Salino (C/ Menorca, 4) ha fusionado este producto tan castizo del cordero o el cabrito con la cocina mexicana, ofertando en su carta un taco de gallinejas que no deja a nadie indiferente por la mezcla tan excelente de sabores que consiguen al unir las gallinejas con guacamole, mango y chipotle dentro del taco. “Nos gusta plantearnos por qué algunos platos típicos han caído en el ostracismo y tratamos de versionarlos con los estándares actuales. Ya lo hicimos con los torreznos o los buñuelos de bacalao y en esta vez hemos querido recuperar la gallinejas, algo muy de Madrid pero que paradójicamente es difícil de encontrar”, comenta Aparicio.
Pero el aperitivo en Salino es mucho más porque ofrece platos tan sofisticados como las ostras francesas al bloody Mary de Sake, la gilda de anchoa y boquerón, la ensaladilla rusa de ventresca de bonito o las croquetas de centolla. Además, ha tomado prestados dos platos muy característicos del aperitivo de Madrid de otros dos restaurantes del grupo. Se trata de las bravas de Cachivache (salimos enamorados de su salsa) y de los torreznos de La Raquetista. Y es que en septiembre de 2015, los hermanos Aparicio hicieron su primera incursión en el tabernero barrio de El Retiro con La Raquetista. Este era su segundo proyecto en Madrid después de la taberna Cachivache que abrió su primera sede en la calle Serrano en 2013 y la segunda en 2021 en Montecarmelo.
En 2018 llegó Salino, que se mantiene fiel al sello de la cocina del chef Javier Aparicio con un producto de excelente calidad que se puede disfrutar tanto en el comedor, acogedor y elegante a partes iguales con varios espacios, y dos pequeños y coquetos reservados para ocasiones más especiales, o en sus mesas altas de la entrada junto a la barra, sitio perfecto para degustar los platos del aperitivo que os hemos propuesto.
Fotos: Salino
Bar H
Todavía no tiene 4 meses de vida y ya se ha convertido en un referente entre los buenos bares de Madrid. Bar H (C/ Castelló, 83), que lleva de apellido Emblemático, porque así lo es, es el último proyecto de la familia Hevia, propietarios de este conocido y reconocido restaurante situado en la calle Serrano, 118, abierto desde hace más de 50 años. Es un espacio perfecto para degustar un buen aperitivo madrileño, tanto en su terraza cubierta, situada a la entrada del restaurante, como en el interior en las mesas junto a la barra o en el salón, que se encuentra al final del espacio.
Nos sentemos donde nos sentemos tenemos que pedir algunos de sus pinchos y raciones más típicos, como los tigres, difíciles de encontrar en Madrid en los últimos tiempos, los torreznos, las gambas al ajillo, las bravas, que preparan laminadas y con una salsa con un toque picante, los boquerones en vinagre y las gildas. Además, no os podéis perder la ensaladilla rusa, premiada en Hevia como una de las mejores de España, o la alcachofa confitada para aportar un toque ligero al almuerzo.
A pesar de estos aperitivos tan ricos, os recomendamos que pidáis alguno de sus platos principales como el arroz del señorito con gamba blanca de Huelva de fino socarrat, la cazuela de callos (plato muy distinguido también en Hevia), el codillo asado con puré de patata y chucrut, los chipirones a la sartén o alguno de sus pescados (rodaballo, lubina, dorada…) preparado a la bilbaína sobre patata panadera.
Fotos: Cosechando Madrid / Bar H
Carrasco Ibéricos
Y terminamos en uno de los templos del aperitivo madrileño, el Mercado de San Miguel (Plaza de San Miguel s/n) y, en concreto, en el puesto de Carrasco Ibéricos, donde se pueden degustar los mejores embutidos ibéricos de bellota con sello extremeño (porque es donde se crían los cerdos) y salmantino (porque es en Guijuelo donde tienen su fábrica).
En el puesto podemos encontrar su jamón ibérico de bellota con una textura untuosa, oleosa, ligera y delicada, que se deshace en la boca; y su surtidode embutidos: lomo, salchichón y chorizo. Lo ideal es pedir los dos platos para disfrutar de toda su variedad de ibéricos, en un ambiente de lo más castizo y gastronómico. En Cosechando Madrid los acompañamos con vermut para hacerlo lo más madrileño posible. Carrasco Ibéricos es una marca familiar que elabora diariamente sus productos desde hace más de 125 años, en concreto desde 1895. En concreto, generaciones buscando la perfección en el sabor y la elaboración, la excelencia de su sabor y la calidad esperada de sus clientes, que lo pueden encontrar en este puesto del Mercado de San Miguel, donde si lo prefieren, pueden comprarlo y llevárselo a casa en vez de degustarlo en este espacio gastronómico de Madrid.
Fotos: Cosechando Madrid / Ibéricos Carrasco