La Comunidad impulsa a los casi 4.000 agricultores en Madrid con planes de futuro
La Comunidad de Madrid cuenta, en la actualidad, con 3.850 agricultores y ganaderos que mantienen viva una extensa superficie agraria útil de 330.000 hectáreas, dividida entre 200.000 de cultivos herbáceos y leñosos y 130.000 de pastos y pastizales, convirtiendo al corazón de España en un mosaico rural de producción y biodiversidad.
Esta cifra, que roza ya los 4.000 profesionales del campo, refleja la vitalidad de un sector que, pese a su cercanía con la gran urbe, cultiva tradición y modernidad.
En los últimos cinco años, el olivar ha experimentado un crecimiento del 1,8 %, pasando de 29.425 hectáreas en 2019 a 29.959 en 2024. Estas fincas de leñosos, algunas centenarias, refuerzan el paisaje madrileño con sus ramas plateadas y se traducen en un aceite de gran calidad.
Mientras tanto, la ganadería ha visto crecer sus explotaciones un 12 % en el mismo periodo, ascendiendo de 2.329 a 2.600 granjas, donde conviven desde abrevaderos tradicionales hasta instalaciones tecnificadas para la cría sostenible.
La industria agroalimentaria de la región, cuarta en España por valor agregado bruto, da empleo a unas 200.000 personas —el 5 % de la población activa— y aglutina más de 1.500 empresas.
Estos datos no solo revelan un tejido empresarial sólido, sino también un acicate para la innovación y la exportación, donde la cercanía a Madrid impulsa la transformación de la materia prima en productos gourmet bajo sellos de calidad que recorren mercados nacionales e internacionales.
MÁS DE 2 MILLONES DE EUROS EN AYUDAS
Para asegurar el relevo generacional y la viabilidad de estas explotaciones, la Comunidad lanzó un paquete de ayudas de 2,5 millones de euros destinado a jóvenes de entre 18 y 40 años.
En apenas cuatro meses se agotó el presupuesto, con 69 solicitudes de emprendedores que reclamaron su parcela en el campo madrileño.
De igual modo, al agotar los 200.000 € previstos para mayores de 40 años, el Ejecutivo regional amplió esta línea hasta 300.000 €, sumándose así a las 35 medidas del Plan de Dinamización del Sector Primario presentado por Isabel Díaz Ayuso para 2025.

Estas subvenciones han activado inversiones en maquinaria, infraestructuras de riego y adaptación a prácticas agroecológicas, beneficiando a pequeños y grandes profesionales.
Más allá del impulso económico, el Plan promueve formación especializada, asesoramiento técnico y canales de comercialización directa, fortaleciendo la conexión entre el productor y el consumidor urbano que cada vez valora más los productos de proximidad.
AGROTURISMO O MERCADOS
El horizonte para los agricultores y ganaderos de Madrid apunta al desarrollo de sectores emergentes como la agricultura ecológica, la apicultura y el agroturismo. Fincas abiertas al público, rutas de senderismo entre viñedos y queserías artesanas se perfilan como atractivos de un lifestyle rural que ya seduce a visitantes y residentes.
Asimismo, la colaboración con restaurantes de la capital realza la cocina de km 0, donde vegetales de ribera, aceites de hojarasca y carnes de pastoreo protagonizan menús de temporada.
Más allá de los programas oficiales, asociaciones locales trabajan en ferias y mercados semanales que acercan verduras, legumbres y lácteos directamente del campo a la ciudad. Iniciativas de educación ambiental en colegios promueven la conciencia sobre el origen de los alimentos, mientras cooperativas agrarias facilitan la compra colectiva de insumos y la venta conjunta de productos bajo una misma marca.
Y si te preguntas cómo puedes apoyar a estos casi 4.000 agricultores y ganaderos madrileños, te proponemos descubrir su oferta en mercados municipales, reservar una experiencia de agroturismo o suscribirte a cajas de productos de temporada enviadas a domicilio.
Participar en talleres de agricultura urbana o voluntariados en huertos escolares también ayuda a estrechar los lazos entre ciudad y campo.
En definitiva, el paisaje agropecuario de Madrid, sostenido por sus trabajadores, afronta un nuevo ciclo con compromiso y dinamismo. Con casi 4.000 hombres y mujeres entregados a la tierra, nuestra región no solo conserva un patrimonio milenario, sino que marca el paso hacia un modelo rural moderno, inclusivo y respetuoso con el entorno.