Descubre los vinos blancos semidulces de Madrid que elevan tus sobremesas al siguiente nivel
Cuando el calor aprieta, un buen vino blanco semidulce bien frío es un oasis en la copa. Madrid, con su uva autóctona Malvar y bodegas locales con historia, ofrece etiquetas irresistibles que marcan la diferencia en cualquier reunión veraniega.
Uno de los referentes es Alma de Valdeguerra, elaborado por Bodegas Laguna con 100% Malvar. Sus aromas a frutas maduras y miel se funden con un toque de carbónico y acidez equilibrada, perfecto para momentos relajados bajo el sol.

Otro imprescindible es Dulce María, de Vinos Jeromín, con una frescura chispeante y notas afrutadas que acompañan desde un aperitivo informal hasta un postre ligero.
Y no hay que olvidar Juliana, de Viñedos Martín de la Rosa, que se luce con una experiencia sensorial redonda, donde lo frutal y lo refrescante conviven con elegancia.
EL MARIDAJE PERFECTO
Estos vinos de Madrid son versátiles y tienen ese poder de realzar sabores con ligereza. Van genial con mariscos como gambas a la plancha, mejillones o pescado blanco al horno, gracias a su frescura.
También hacen maravillas con quesos suaves, como los de cabra fresco o los tiernos de Madrid, y son el broche perfecto para postres con fruta, tartas frías o helados artesanales.

Servidos a la temperatura justa, estos blancos semidulces son puro verano embotellado.
Ya sea en una terraza urbana, en una comida en el campo o al lado del mar, regalan ese punto entre dulce y refrescante que apetece repetir.